Luego de la victoria por 6 a 1 del Barcelona de Leo Messi contra el Atlético madrileño del Kun Agüero, queda en claro una cosa: no hay crítica que tumbe al 10 culé.
Después de los suaves dichos de Diego Maradona contra Messi (lo tildó de individualista), cabe una pregunta ¿Acaso no vio como hace lo que quiere en una cancha? Solo o acompañado (en la selección, muy mal acompañado), la rompe.
Hablen mal o bien de él, entra a la cancha y les pasa el trapo a todos. Esto no es nada nuevo, pero muchos “especialistas” (léase fanáticos que andan por estas tierras) se empecinan en negarlo. El tiempo me dará la razón.
Juegue poco minutos o todo el partido, y en cualquier posición de ataque, siempre hace la diferencia. Estamos ante uno de los mejores jugadores del mundo, sino el mejor, y muchos se dan el lujo de dudar de su capacidad. Con poco recorrido en la mayor, siendo juvenil ya se consagró en un Mundial y en un Juego Olímpico. Gracias a Dios es argentino (y gracias también por mandarnos a Agüero).
Y ya que el exitismo es una pieza esencial en el paladar del hincha argento, disfrutémoslo ahora, y porque no en el 2010 también. Porque no cabe duda de que si sigue en este nivel, el mundial es nuestro. No salen todos los días jugadores de esta talla, y buscarle los defectos nos hace parecer desesperados. Desesperados por un título que se nos viene negando hace ya más de veinte años. Y como todo llega en la vida, los que no pudimos ver a la selección ganar un mundial, estamos ante la inmensa posibilidad de conseguir el que se avecina, siempre y cuando, el DT se dé cuenta de que el juego del seleccionado debe pasar por los pies de Leo.
Alejandro Ramil
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Debo estar peleado con la vida. O no la entiendo. Vaya uno a saber. Me di
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Hace 16 años
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